Un proceso museológico pionero
Con la apertura de la exposición regional permanente y un nuevo edificio en marzo pasado, culminó un proceso de casi dos décadas de conversaciones y acuerdos, pasando por estudios, consultorías y licitaciones, para continuar con el diseño y la ejecución del museo, desde la definición de sus contenidos, la restauración de los inmuebles patrimoniales, la edificación de nuevos espacios y la habilitación museográfica.
Para Gustavo Saldivia, director del Museo Regional de Aysén, elegido a mediados de 2016, "el trabajo se caracterizó por una labor creativa constante con la Subdirección y por el proceso participativo desarrollado, que nos permitió hablar con muchos actores regionales, lo cual nos fue dejando cada vez más claro lo anhelado de este proyecto y la buena recepción general de esta nueva institución. Hoy el usuario central de nuestras exposiciones permanentes es el habitante de Aysén y ha sido sorprendente la cantidad de comentarios de gente de acá en la línea de '¿y cómo yo no sabía esto?', '¡nos debieran enseñar esto en la escuela!', 'increíble cuántas cosas tan cercanas a nosotros y no las sabemos', y cosas por el estilo. Más que una visibilización desde fuera, el museo viene a asentar la valoración del propio habitante respecto de su territorio".
Ya a comienzos de 2018, tras dos años de trabajo de construcción de infraestructura y restauración de los antiguos inmuebles de la Sociedad Industrial de Aysén (SIA), se abrió a la comunidad el sector que concentra los edificios patrimoniales, con la exhibición permanente La pulpería. Tres años antes, en 2015, se realizó el acto de colocación de la primera piedra, pero ya en 2012 se empezó a conformar el equipo del museo, cuando aún era un proyecto, y funcionaban en la Biblioteca Regional de Aysén a falta de un edificio propio.
Su primera integrante fue la antropóloga Ángela Morales, quien recuerda que al comienzo "lo principal fue avanzar en el modelo de gestión del museo, pero también me correspondió iniciar la identificación de colecciones, profundizar en temáticas que se abordarían en el guion expositivo y contactar a personas e instituciones claves para iniciar el trabajo museográfico. Además, hacía el nexo entre las instituciones ligadas al proyecto en la región de Aysén y la Subdirección. A pesar de la distancia encontramos un buen sistema de trabajo y nos complementamos muy bien, estuvimos todos siempre con la misma disposición y claros en nuestro objetivo". Y agrega: "Me siento profundamente afortunada de la oportunidad de ver y participar en un proyecto desde su origen, y no de un proyecto cualquiera, porque el museo es una iniciativa que surge de un sentir regional que se materializó".
Alan Trampe, Subdirector Nacional de Museos, fue invitado el año 2000 a una mesa de trabajo, coordinada por la entonces encargada del Sistema de Bibliotecas Públicas de la región de Aysén, Magdalena Rosas. A partir de esas conversaciones, se dio una "coincidencia de intereses: la comunidad había planteado iniciativas de crear un museo regional de carácter estatal y la visión de desarrollo estratégico desde la Subdirección era la de tener un museo en todas las regiones. Pero solo fue en 2008 que se presentó una posibilidad concreta para llevar adelante la idea del Museo Regional de Aysén, por medio del Programa para la Puesta en Valor del Patrimonio, y un par de años más tarde se aprobó la etapa de diseño", recuerda.
Así comenzó un proceso de diagnósticos y propuestas a cargo de empresas externas que finalizó con el proyecto arquitectónico y de restauración del Monumento Nacional "Construcciones de la Sociedad Industrial de Aysén" para albergar el museo. Los recursos para esta primera etapa de restauración, así como para la construcción del edificio nuevo y habilitación de la exposición permanente principal fueron aportados por el FNDR (Fondo Nacional de Desarrollo Regional) del Gobierno Regional de Aysén.
La coordinación del proceso estuvo a cargo de la Subdirección Nacional de Museos (SNM), al alero de su Plan Nacional de Mejoramiento Integral de Museos (PNMIM), que se comenzó a implementar a partir del año 2001, con el objetivo de elevar los estándares museológicos y consolidar una plataforma adecuada para la gestión patrimonial de sus 24 museos regionales y especializados. Si bien en casi todos se han desarrollado proyectos para la restauración y habilitación de sus edificios, y/o para la creación de nuevas propuestas museográficas y de servicios complementarios, 17 se han reinaugurado tras la implementación de proyectos integrales. El Museo Regional de Aysén es el décimo octavo y el primero en ser abordado "desde cero".
El área de Exhibiciones de la SNM, de acuerdo a su metodología de trabajo y en conjunto con el equipo del museo, desarrolló una investigación profunda y diversas instancias de consulta a la comunidad -compuesta tanto por habitantes como por un grupo de especialistas- acerca de lo que la región quería mostrar. Paralelamente a las licitaciones y concursos de diseño, se discutían posibles líneas argumentales y se recogían nuevas observaciones de los grupos de interés. Se fueron conformando unidades de contenido que se redujeron tras nuevas consultas y con el objetivo de aterrizar la diversidad de temas en un espacio acotado. En este proceso, para Andrea Müller, encargada del área de Exhibiciones, "la definición de propósito que se elabora en conjunto representa tanto la hoja de ruta como el corazón del museo, aquello que no se transa y que permite alinear elementos y relatos emergidos de la propia comunidad. Así, el museo pudo recoger el anhelo de entender la región para mostrarla a sus habitantes y al mundo".
El Plan Nacional de Mejoramiento Integral de Museos
EL PNMIM busca transformar a los museos en alternativas atractivas que se constituyan en una oferta cultural y educativa sustentada en el patrimonio que cada institución resguarda. El trabajo se centra en mejorar y diversificar los productos y servicios que se entregan para que estas instituciones estatales sean, cada día más, espacios abiertos y cercanos, democráticos, fértiles, diversos y vinculados verdaderamente al quehacer y a las necesidades socioculturales de las personas. Por medio de concursos públicos se han desarrollado proyectos asumidos por diversas oficinas de arquitectura y diseño que, gracias a su calidad, han concitado los apoyos necesarios que han permitido su financiamiento, fundamentalmente proveniente de fuentes estatales, regionales y sectoriales. De esta manera, se han realizado importantes renovaciones en infraestructura, accesibilidad y climatización.
Actualmente hay trabajos en desarrollo en tres museos regionales y especializados. En el Museo Arqueológico de La Serena, cuya exhibición se cerró a público en agosto de 2016, se trabaja en la habilitación museográfica, que contempla construcción de vitrinas, escenografías, impresión de gráficas, entre otros procesos coordinados por la SNM. En el Museo Benjamín Vicuña Mackenna, de Santiago, está en proceso la licitación para la producción completa de la renovación parcial de la museografía, con el objetivo de revelar la vida y el legado urbano de quien fuera intendente de Santiago (1872-1875). Luego de un dilatado proceso de licitación, el Museo O'Higginiano y de Bellas Artes de Talca, que tras el terremoto de 2010 debió cerrar a público, ya se encuentra en restauración. El edificio debería estar listo en el segundo semestre de 2019 y, en paralelo, se trabaja el guion y la nueva museografía.