Objetos marinos y náuticos en las Colecciones de los Museos del Serpat
La relación de Chile con el mar es muy profunda no sólo en épocas históricas, sino también en el registro arqueológico se observan muestras evidentes de la vinculación del ser humano con los diversos recursos que el mar provee para su supervivencia, ejemplo claro de esto son los conchales, sitios costeros conformados por la sucesiva acumulación de conchas descartadas luego del consumo de los moluscos.
La navegación, ya sea como medio de transporte o como forma de acercar a los pescadores y/o recolectores a los recursos marinos, también es de antigua data. El modelo a escala de una balsa de tres palos, conservada en el Museo de Antofagasta, nos muestra un tipo de embarcación fechada en torno a los 1000 y 1400 d.C. que se habría utilizado para la pesca cerca de la costa.
Si bien no se han conservado ejemplares de estas balsas en tamaño real, sí se sabe (gracias a las evidencias encontradas en los sitios) que recursos marinos como la jibia, eran capturados más hacia el interior del mar que cerca de la playa, como lo demuestra el arpón denominado Potera.
En conjunto con esta balsa, se registran algunos ejemplos de remo con dos palas, que podemos ver en la colección del Museo de Historia Natural de Valparaíso.
No existe evidencia de cómo se guiaban en el mar las personas que navegaban por nuestras costas en períodos tan lejanos como el que nos muestra el registro arqueológico, tal vez se orientaban por la posición de las estrellas y otros puntos de referencia, o bien se trataba de navegación a cabotaje. De lo que sí se tiene certeza es que los instrumentos de navegación, más complejos, como este compás o brújula marina llegaron al territorio nacional mediante el contacto europeo.
Una brújula es un instrumento que funciona gracias al campo magnético de la tierra, que incorpora una aguja imantada que indica el norte. De esta forma, logra que el usuario se posicione y calcule el rumbo y la velocidad de navegación. Para el pilotaje de naves en alta mar, se utiliza en conjunto con otros instrumentos de orientación, como el sextante, las cartas náuticas, o la sonda.
Esta brújula, perteneciente a la colección del Museo O'Higginiano y de Bellas Artes de Talca, data del siglo XX y fue elaborada en Inglaterra por Sestrel, que es una marca registrada por Henry Browne and Son Ltd., empresa de Barking, Londres.
En Chile no podríamos hablar de la relación humano-mar sin referirnos a Chiloé, territorio insular que, dadas sus condiciones geográficas, exige que sus habitantes desarrollen un vínculo único con este elemento. Tanto en su simbolismo, presente en leyendas y relatos, como en su rico y especializado vocabulario náutico, que da cuenta de convergencias idiomáticas locales y europeas (incluso medievales), hasta llegar a las nomenclaturas de sus diversas embarcaciones.
Entre los tipos de embarcaciones que se han usado y aún se utilizan en Chiloé, destacamos esta Chalupa, de la colección del Museo Regional de Ancud.
La chalupa se define como un tipo de embarcación de dos proas, a vela y remo, usada para pescar y transportar cargas livianas, distinguida por su velocidad y utilizada en Chile en los Archipiélagos de Chiloé y Las Guaitecas hasta la década de 1990, cuando se empezó a usar el bote con motor.
Este ejemplo en particular, fue elaborada por Pedro Millalonco (isla Chaulinec, comuna de Quinchao) con madera de ciprés de las Giautecas con estopa de alerce, y se utilizó para la pesca y recolección de luga entre Chaulinec e isla Talcán.
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